El Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario, Año A

15-10-2023


Salmos Responsoriales


Salmo 22: La Casa del Señor

Rebecca De La Torre






Antífona de la Entrada

Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas,
Señor, ¿quién podía resistir?
Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
(Salmo 129, 3-4)



Primera Lectura

Isaías 25, 6-10

En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con vinos exquisitos y manjares sustanciosos. Él arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor.

En aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara. Alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae, porque la mano del Señor reposará en este monte».



Salmo Responsorial

Salmo 22, 1-6

Respuesta:

Habitaré en la casa del Señor, por años sin término.

Estrofa 1:

El Señor es mi pastor,
   nada me falta:
   en verdes praderas me hace recostar:
   me conduce hacia fuentes tranquilas
   y repara mis fuerzas.


Estrofa 2:

Me guía por el sendero justo,
   por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
   nada temo, porque tú vas conmigo:
   tu vara y tu cayado me sosiegan.


Estrofa 3:

Preparas una mesa ante mí,
   enfrente de mis enemigos;
   me unges la cabeza con perfume,
   y mi copa rebosa.


Estrofa 4:

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
   todos los días de mi vida,
   y habitaré en la casa del Señor,
   por años sin término.



Segunda Lectura

Filipenses 4, 12-14. 19-20

Hermanos: Yo sé lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la abundancia que a la escasez. Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza. Sin embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme cuando me vi en dificultades.

Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas las necesidades de ustedes, por medio de Cristo Jesús. Gloria a Dios, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Amén.



Aclamación antes del Evangelio

Efesios 1, 17-18

El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón,
   para que veamos la herencia gloriosa que Dios nos ha reservado.



Evangelio

Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: «El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.

Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ‘Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda’. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron.

Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego les dijo a sus criados: ‘La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren’. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.

Cuando el rey entró a saludar a los convidados vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?’ Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: ‘Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos'».



Evangelio (Forma más corta)

Mateo 22, 1-10

En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: “El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.

Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: ‘Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda’. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron.

Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego les dijo a sus criados: ‘La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren’. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.



Antífona de Comunión

Los ricos se empobrecen y pasan hambre;
los que buscan al Señor, no carecen de nada.
(Salmo 33, 11)

O bien:

Antífona de Comunión 2

Cuando el señor se manifieste, seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal cual es.
(I Juan 3, 2)





© 1999 Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica Derechos reservados a favor de OBRA NACIONAL DE LA BUENA PRENSA, A.C. Apartado M-2181. 06000 México, D.F. Orozco y Berra 180. Santa Mariá la Ribera.

© 1970 Comisión Episcopal Española de Liturgia

© 1972 SOBICAIN. Derechos reservados.




Recomendaciones de Canto


Todavía no hay cantos recomendados para este día.