El Dúodecimo Domingo del Tiempo Ordinario: Antífona de la Entrada

Salmo 27, 89

El Señor es la fuerza de su pueblo,
defensa y salvación para su Ungido.
Sálvanos, Señor,
vela sobre nosotros y guíanos siempre.
(Salmo 27, 89)

Verse 1:

A ti, Señor, te invoco;
Roca mía, no seas sordo a mi voz;
que, si no me escuchas, seré igual
que los que bajan a la fosa.
(Salmo 27, 1)

Verse 2:

Escucha mi voz suplicante
cuando te pido auxilio,
cuando alzo las manos
hacia tu santuario.
(Salmo 27, 2)

Verse 3:

Gloria al Padre y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(Gloria Patri)