Vigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario: Antífona de la Comunión 1
Salmo 30, 20
Qué grande es tu bondad, Señor,
que tienes reservada para tus fieles.
(Salmo 30, 20)
Verse 1:
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo.
(Salmo 30, 2)
Verse 2:
Inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme,
tú que eres mi roca y mi baluarte.
(Salmo 30, 3.4)
Verse 3:
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
(Salmo 30, 6)
Verse 4:
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.
Tú velas por mi vida en peligro.
(Salmo 30, 8)
Verse 5:
Pero yo confío en ti, Señor;
te digo: «Tú eres mi Dios».
En tus manos están mis azares.
(Salmo 30, 15.16)