Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario: Antífona de la Entrada
Salmo 36, 39. 40. 28
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor.
Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación,
y siempre seré su Dios.
(Salmo 36, 39. 40. 28)
Verse 1:
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza;
inclina el oído a las palabras de mi boca.
(Salmo 77,1)
Verse 2:
Sacó como un rebaño a su pueblo,
los guio como un hato por el desierto.
(Salmo 77,52)
Verse 3:
Escogió la tribu de Judá
y el monte Sión, su preferido.
Escogió a David, su siervo,
lo sacó de los apriscos del rebaño.
(Salmo 77,68.70)
Verse 4:
Gloria al Padre y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(Gloria Patri)