El Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario, Año A: Aclamación antes del Evangelio
Efesios 1, 17-18
El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que veamos la herencia gloriosa que Dios nos ha reservado.
El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón,
para que veamos la herencia gloriosa que Dios nos ha reservado.