El Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario, Año B: Segunda Lectura

Hebreos 4, 12-13

Hermanos:
La palabra de Dios es viva, eficaz
y más penetrante que una espada de dos filos.
Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos
y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
Toda criatura es transparente para ella.
Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos
de aquel a quien debemos rendir cuentas.