El Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario, Año A: Salmo Responsorial

Salmo 130, 1-3

Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Verse 1:

Señor, mi corazón no es ambicioso,
   ni mis ojos altaneros;
   no pretendo grandezas
   que superan mi capacidad.

Verse 2:

Sino que acallo y modero mis deseos,
   como un niño en brazos de su madre.
Como un niño que acaba de mamar
   así está mi alma en mí.

Verse 3:

Espere Israel en el Señor,
   ahora y por siempre.