El Cuarto Domingo de Adviento, Año B: Segunda Lectura
Romanos 16, 25-27
Hermanos:
A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo,
conforme a la revelación del misterio,
mantenido en secreto durante siglos, y que ahora,
en cumplimiento del designio eterno de Dios,
ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras,
para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe,
al Dios único, infinitamente sabio,
démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén.