El Quinto Domingo de Tiempo Ordinario: Primera Lectura

Isaías 58, 7-10

Esto dice el Señor:
“Comparte tu pan con el hambriento,
abre tu casa al pobre sin techo,
viste al desnudo
y no des la espalda a tu propio hermano.

Entonces surgirá tu luz como la aurora
y cicatrizarán de prisa tus heridas;
te abrirá camino la justicia
y la gloria del Señor cerrará tu marcha.

Entonces clamarás al Señor y él te responderá;
lo limarás, y él te dirá: ‘Aquí estoy’.

Cuando renuncies a oprimir a los demás
y destierres de ti el gesto amenazador
y la palabra ofensiva;
cuando compartas tu pan con el hambriento
y sacies la necesidad del humillado,
brillará tu luz en las tinieblas
y tu oscuridad será como el mediodía”.