Sexto Domingo de Tiempo Ordinario: Antífona de la Entrada
Salmo 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame. (Salmo 30, 3-4)
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame. (Salmo 30, 3-4)