El Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi), Año B: Primera Lectura
Éxodo 24, 3-8
En aquellos días, Moisés bajó del monte Sinaí y refirió al pueblo todo lo que el Señor le había dicho y los mandamientos que le había dado. Y el pueblo contestó a una voz: Haremos todo lo que dice el Señor.
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano, construyó un altar al pie del monte y puso al lado del altar doce piedras conmemorativas, en representación de las doce tribus de Israel.
Después mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos e inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor. Tomó la mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó sobre el altar la otra mitad.
Entonces tomó el libro de la alianza y lo leyó al pueblo, y el pueblo respondió: Obedeceremos. Haremos todo lo que manda el Señor.
Luego Moisés roció al pueblo con la sangre, diciendo: Esta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes, conforme a las palabras que han oído.