El Domingo de Misericordia Divina, Año B: Primera Lectura

Hechos de los Apóstoles 4, 32-35

La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma;
todo lo poseían en común
y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.

Con grandes muestras de poder,
los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús
y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo.
Ninguno pasaba necesidad,
pues los que poseían terrenos o casas, los vendían,
llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles,
y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.