Podcast: 25º Domingo del Tiempo Ordinario, Año A

Hola y bienvenidos al podcast El Salmista Moderno del 25º Domingo del Tiempo Ordinario, año A. Soy Rebecca De La Torre.

Las lecturas de hoy se centran en la naturaleza misericordiosa y generosa de Dios.
Ya sea que se trate de la promesa permanente de estar ahí para su pueblo, del perdón sin límites que siempre nos muestra o de la generosidad inesperada que demuestra, se nos recuerda el abrazo reconfortante de la misericordia de Dios.

En la Antífona de Entrada, tomada del Salmo 36, se nos anima a clamar al Señor en nuestros momentos de necesidad.

“Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor.
Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación,
y siempre seré su Dios.”

https://themodernpsalmist.com/songs/antifona-de-entrada-25o-tiempo-ordinario-de-la-torre-modo-iv/

En nuestra primera lectura del capítulo 55 de Isaías, se nos anima de nuevo a clamar al Señor. En el versículo 6 leemos:

“Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar,
invóquenlo mientras está cerca”

Y en el salmo de hoy, del capítulo 144, repetimos el recordatorio de que Dios estará cerca de quienes le invoquen en la respuesta del versículo 18:

“Cerca está el Señor de los que lo invocan.”

https://themodernpsalmist.com/songs/psalm-144/

En el Evangelio de hoy, Jesús cuenta la parábola de los obreros de la viña. Esencialmente, un terrateniente sale a distintas horas del día a buscar jornaleros para su viña – empezando al amanecer ofreciendo “un denario por día” y continuando hasta “al caer la tarde”. Al final, los últimos a trabajar eran los primeros en recibir su paga, y era el salario diario habitual, aunque solo hubieran trabajado una hora.

Así que para cuando el terrateniente paga a los que habían estado allí todo el día, estos refunfuñan y dicen:

“‘Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora,
y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros,
que soportamos el peso del día y del calor’.

Pero él respondió a uno de ellos:
‘Amigo, yo no te hago ninguna injusticia.
¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario?
Toma, pues, lo tuyo y vete.
Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti.
¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero?
¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?’”

Tengo que admitir que, si esta fuera mi situación, yo sería sin duda uno de los que se quejarían. Me parecería completamente injusto. Pero al mismo tiempo, los trabajadores que empezaron primero aceptaron trabajar por el salario que se les pagaba. Y recibieron lo que acordaron.

Ahora bien, Jesús comparó esta parábola con el Reino de los Cielos. Así que lo interpreto como que algunas personas trabajarán toda su vida sirviendo a Dios, mientras que algunos solo recibirán a Jesús como Señor cerca del final de sus vidas. Sin embargo, Dios nos promete a TODOS la misma recompensa de una eternidad en el cielo.

¿Y no DESEAMOS eso para nuestras almas en este mundo? ¿Quién querría que alguien fuera condenado a una eternidad apartado de Dios – una eternidad desprovista de amor?

Tómate un momento para pensar en alguien que te haya hecho daño recientemente, incluso algo tan simple como ser grosero contigo en la carretera. O tal vez sea alguien con quien te encuentras a menudo.

Pide a Dios que te dé continuamente paciencia con esa persona y con todas las personas que sientas que te tratan injustamente. Y agradece a Dios por su eterna misericordia hacia tí cuando eres tú quien es injusto.

¿Te das cuenta de que este es nuestro trabajo?

Somos los obreros y nuestro trabajo es aprender a AMAR. Amar a Dios con todo nuestro ser y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Esto es lo que Jesús nos dice que es el mayor mandamiento y el resumen de la ley y los profetas.

Y en la segunda lectura de la carta de San Pablo a los Filipenses, capítulo 1, se nos recuerda en el versículo 27 que:

“Por lo que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo.”

Nuestra Antífona de Comunión es otro clamor al Señor; en este caso, le pedimos ayuda para cumplir sus mandamientos.

Tomada del Salmo capítulo 118 versículos 4 y 5, cantamos:

“Tú promulgas tus preceptos
para que se observen con exactitud.
Ojalá que mi conducta se ajuste siempre
al cumplimiento de tu voluntad.”

https://themodernpsalmist.com/songs/antifona-de-comunion-25o-to/

Una canción que seleccioné para mis misas de este fin de semana como canción de reflexión encaja muy bien con la lectura de hoy que nos recuerda invocar al Señor.

Se titula “Out of the Deep I Call” de Sir Henry Williams Baker, que compuso la letra en 1868 con la melodía de SOUTHWELL de William Daman de 1579. La inquietante melodía es tan hermosa que incluso compuse mi propia letra en español para la canción y la titulé “Desde lo hondo a ti grito”

He aquí mi versión en español.

https://themodernpsalmist.com/songs/out-of-the-deep-i-call-spanish/

Gracias por acompañarme en el podcast El Salmista Moderno para el 25º Domingo del Tiempo Ordinario, Año A. Como siempre, los enlaces a las canciones se encuentran en las notas del programa.

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Hasta la semana que viene, que Dios te bendiga.