Podcast: 27º Domingo del Tiempo Ordinario, Año C

Este fin de semana celebramos el 27º(vigésimo séptimo) domingo del tiempo ordinario, ciclo C. Las lecturas de hoy nos animan a esperar continuamente en el Señor y a estar atentos a la voz de Dios, para poder servirle fielmente y hacer su voluntad.

El salmo de hoy, tomado del capítulo 94, nos recuerda que debemos escuchar continuamente la voz de Dios, y estar abiertos y rendidos a sus mandatos:

“Ojalá escuchen hoy su voz: “No endurezcan el corazón”.”

Como suele ocurrir, esta antífona de comunión de hoy sigue muy bien el salmo, ya que los que mantienen su corazón abierto a Dios son recompensados por la bondad de Dios.

Tomado del capítulo 3 de las Lamentaciones, versículo 25, leemos:

“Bueno es el Señor con los que en él confían,
con aquellos que lo buscan.”

 

Canciones Destacadas

Salmo 94: No Endurezcan el Corazón (Rebecca De La Torre)
https://themodernpsalmist.com/songs/salmo-94-no-endurezcan-el-corazon/

Antífona de Comunión: Lamentaciones 3, 25 (Rebecca De La Torre)
https://themodernpsalmist.com/songs/antifona-de-comunion-27o-to/

Yo Me Entrego (Doug Slater)
https://themodernpsalmist.com/songs/yo-me-entrego/


Featured Songs




Podcast Transcript

Hola y bienvenidos al Podcast del Salmista Moderno. Soy Rebecca De La Torre.

Este fin de semana celebramos el 27º(vigésimo séptimo) domingo del tiempo ordinario, ciclo C. Las lecturas de hoy nos animan a esperar continuamente en el Señor y a estar atentos a la voz de Dios, para poder servirle fielmente y hacer su voluntad.

Comenzando con la antífona de entrada del capítulo 4 de Ester, versículo 17, en la primera parte leemos:

“En tu voluntad, Señor, está puesto el universo,
y no hay quien pueda resistirse a ella.”

Me gusta la expresión de que dentro de la voluntad de Dios, está *puesto* el universo – esto es, por supuesto, porque Dios es Amor, y por su gran amor se ha formado la creación. La voluntad de Dios es el Amor mismo. Por tanto, estamos llamados a obedecer la voluntad del amor perfecto.

Y el salmo de hoy, tomado del capítulo 94, nos recuerda que debemos escuchar continuamente la voz de Dios, y estar abiertos y rendidos a sus mandatos:

“Ojalá escuchen hoy su voz: “No endurezcan el corazón”.”

Los versos continúan alabando al Señor, invitándonos a cantarle y a postrarnos ante el Dios vivo. El versículo 6 dice específicamente:

“Entren, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.”

Los otros versículos nos animan a ser conscientes de las formas en que Dios nos ha bendecido, recordándonos que no debemos endurecer nuestros corazones como hicieron muchos en la época de Moisés. En cambio, debemos recordar las obras de Dios en nuestras vidas y mantener nuestros corazones abiertos y rendidos a su voluntad.

Salmo 94: No Endurezcan el Corazón

Como suele ocurrir, esta antífona de comunión de hoy sigue muy bien el salmo, ya que los que mantienen su corazón abierto a Dios son recompensados por la bondad de Dios.

Tomado del capítulo 3 de las Lamentaciones, versículo 25, leemos:

“Bueno es el Señor con los que en él confían,
con aquellos que lo buscan.”

Antífona de Comunión – 27º TO (Lamentaciones 3, 25)

La lectura del evangelio de hoy requiere un poco más de exploración, ya que Jesús enseña a sus discípulos, qué actitud deben tener como siervos del Señor. Tengo que admitir que es una de las que menos me gustan de todos los tiempos.

En los versículos 7-10 del capítulo 17 de Lucas, Jesús dice a sus discípulos:

“¿Quién de ustedes, si tiene un siervo
que labra la tierra o pastorea los rebaños,
le dice cuando éste regresa del campo:
`Entra enseguida y ponte a comer’?
¿No le dirá más bien:
Prepárame de comer y disponte a servirme,
para que yo coma y beba;
después comerás y beberás tú’?
¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo,
porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes,
cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan:
`No somos más que siervos,
sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’.”

Al principio, esto me resulta difícil de entender, en parte porque nunca he sido una sierva como se ilustra en el contexto de esta lectura del Evangelio. Quizás lo más parecido que he experimentado es la forma en que sirvo como directora de música en mi parroquia. Muchos ministros de música lo llaman un “trabajo ingrato” y, en cierto modo, supongo que puede parecerlo. Pero en su mayor parte me siento profundamente apreciada y muchos feligreses me han expresado a lo largo de los años lo agradecidos que están por mi música en la misa. De hecho, si no me sintiera apreciada, probablemente querría ir a otro lugar donde me sintiera de esa manera.

Pero Jesús nos dice aquí en este evangelio exactamente qué actitud debemos tener cuando servimos en el Reino de Dios. Quiero repetir el versículo 10 donde dice:

“Así también ustedes,
cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan:
`No somos más que siervos,
sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ ”

Así que lo que Jesús nos está diciendo es que realmente no podemos reclamar la gracia de Dios. Y más aún debemos agradecer cuando *seamos* bendecidos y sentirnos apreciados por nuestro trabajo, en lugar de darlo por sentado o, peor aún, sentirnos con derecho.

Servir de la manera en que Jesús describe aquí en el capítulo 17 de Lucas requiere un profundo nivel de confianza y entrega. Y para mí, diría que la entrega es lo más difícil de hacer en este viaje como cristianos. Es algo que tengo que recordar una y otra vez, y rendir diariamente mi voluntad al Dios Todopoderoso, al Amor Perfecto.

Mi amigo Doug Slater escribió una hermosa canción titulada “Yo Me Entrego” que grabé hace varios años y que me gustaría compartir con ustedes aquí.

Yo Me Entrego

Esa fue mi grabación de la canción “Yo Me Entrego” po Doug Slater para el 27º (Vigésimo Séptimo) Domingo del Tiempo Ordinario, Año C. Consulta los enlaces en las notas del programa para encontrar grabaciones y partituras de todas las canciones que aparecen en este podcast.

No deje de visitar ElSalmistaModerno.com para encontrar muchos más recursos y canciones litúrgicas.

Hasta la próxima semana, que Dios les bendiga abundantemente.