Podcast: Miércoles de Ceniza, Año A


Hoy comenzamos nuestra temporada de Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, y el primer episodio de la Temporada 6 de este podcast. Esta es también la primera temporada del podcast que se presenta en formato de vídeo.
Durante estos 40 días de Cuaresma, que incluyen el ayuno prescrito, la oración y el arrepentimiento, se nos da realmente la oportunidad de volver nuestros corazones más plenamente al Señor.
Mi objetivo es proporcionar un nuevo enfoque para orar más profundamente con los salmos, antífonas y otras escrituras cada domingo. Cada uno de nosotros está llamado a explorar y meditar de verdad las Sagradas Escrituras para parecernos más a Cristo y realizar la mejor versión de nosotros mismos.
Antífona de Entrada
“Señor, tú tienes misericordia de todos
y nunca odias a tus criaturas;
borras los pecados de los hombres que se arrepienten
y los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.”
(Sabiduría 11, 24-25.27)
Salmo 50
“Misericordia, Señor, hemos pecado.”
Aclamación del Evangelio
“Ustedes pueden hoy oír la voz de Dios;
no se resistan en sus corazones.”
(Salmo 94, 8ab)
Antífona de Comunión
“El que medita la ley del Señor día y noche,
dará fruto a su tiempo.”
(Salmo 1, 2.3)
Canciones Destacadas:
Antífona de Entrada – Miércoles de Cenizas (Modo I, De La Torre)
https://themodernpsalmist.com/songs/antifona-de-entrada-miercoles-de-cenizas-modo-i-de-la-torre/
Salmo 50: Misericordia, Señor (Rebecca De La Torre)
https://themodernpsalmist.com/songs/salmo-50-misericordia-senor-de-la-torre/
Aclamación del Evangelio – Miércoles de Cenizas (Modo II, De La Torre)
https://themodernpsalmist.com/songs/aclamacion-del-evangelio-de-cuaresma-an%CC%83o-a-mode-ii-de-la-torre/
Antífona de Comunión – Miércoles de Ceniza (Salmo 1, 2.3) (Rebecca De La Torre)
https://themodernpsalmist.com/songs/antifona-de-comunion-miercoles-de-ceniza/
Por cuarenta días, Señor (John Daye)
https://themodernpsalmist.com/songs/por-cuarenta-dias-senor/
Featured Songs
Podcast Transcript
Hola y bienvenidos al Podcast El Salmista Moderno. Soy Rebecca De La Torre.
Hoy comenzamos nuestra temporada de Cuaresma con el Miércoles de Ceniza, y el primer episodio de la Temporada 6 de este podcast. Esta es también la primera temporada del podcast que se presenta en formato de vídeo.
Durante estos 40 días de Cuaresma, que incluyen el ayuno prescrito, la oración y el arrepentimiento, se nos da realmente la oportunidad de volver nuestros corazones más plenamente al Señor.
Mi objetivo es proporcionar un nuevo enfoque para orar más profundamente con los salmos, antífonas y otras escrituras cada domingo. Cada uno de nosotros está llamado a explorar y meditar de verdad las Sagradas Escrituras para parecernos más a Cristo y realizar la mejor versión de nosotros mismos.
Comenzando con la antífona de entrada de hoy, tomada del libro de la Sabiduría, capítulo 11, versículos 24, 25 y 27, se nos recuerda que, a pesar de nuestros defectos, el Señor siempre nos recibe de nuevo en plena comunión con él cuando le pedimos misericordia.
El salmo de hoy, del capítulo 50, es el primer salmo para el que compuse, hace unos 18 años. Se podría decir que El salmista moderno comenzó con este mismo salmo.
Los eruditos bíblicos atribuyen el Salmo 50 al rey David, supuestamente compuesto justo después de ser reprendido por el profeta Natán por asesinar al esposo de Betsabé haciéndole abandonar en el frente de batalla, y luego tomar a Betsabé por esposa.
La pasión y el dolor en su arrepentimiento están muy bien expresados en las palabras de este famoso salmo.
Mientras que la antífona de entrada y el salmo responsorial se centran en el arrepentimiento y el regreso a Dios, la aclamación del evangélio y la antífona de la comunión dirigen nuestra atención a cómo debemos comportarnos después del arrepentimiento: debemos estar atentos a la Palabra de Dios.
La aclamación del evangélio del Miércoles de Ceniza está tomada del versículo 8 del capítulo 94 del Salmo:
“Ustedes pueden hoy oír la voz de Dios;
no se resistan en sus corazones.”
Una cosa es escuchar la voz de Dios, y otra aún mayor es *oír* realmente su voz. Pero luego, tenemos que elegir obedecer lo que oímos.
En la misma línea de escuchar y obedecer la Palabra de Dios, nuestra antífona de comunión, tomada del Salmo 1,2-3, nos dice:
“El que medita la ley del Señor día y noche,
dará fruto a su tiempo.”
Así como Jesús ayunó en el desierto durante 40 días, se nos pide que entremos en una estación similar en nuestras propias vidas como fieles cristianos.
El Consejo de Obispos Católicos de los Estados Unidos dice que:
La Cuaresma es un tiempo de 40 días de oración, ayuno y limosna
que comienza el Miércoles de Ceniza
y termina al anochecer del Jueves Santo.
Así que es apropiado que el evangelio de hoy comparta las tentaciones que Jesús afrontó y superó después de su propio período de 40 días de ayuno en el desierto. Como discípulos de Cristo, estamos llamados a seguir su ejemplo.
Por eso he elegido para hoy una canción bastante antigua titulada “Por Cuarenta Días Señor”, escrita por John Daye en 1584. Les invito a escuchar con atención los versos de la canción, pues comunican poéticamente el mensaje del Evangelio de hoy y, a su vez, nos animan a seguir el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo.
Por cuarenta días, Señor,
Te apartaste a ayunar.
Fuiste en esos días, Señor,
Tan tentado sin pecar.
No es deber el compartir,
lo mundano resistir,
y ayunar para aprender
la paciencia en el sufrir.
Cuando el fiero tentador
Nos ataque sin cesar,
Tú, del yermo vencedor,
No nos dejes fracasar
Sólo así tendremos pas,
Dicha santa, libertad,
Ángeles también vendrán
a rodearnos con lealtad.
Eso fue “Por Cuarenta Días Señor” para el Miércoles de Ceniza y el comienzo de nuestro tiempo de Cuaresma. Los enlaces a todas las grabaciones de canciones y partituras de este episodio se pueden encontrar en las notas del programa o en TheModernPsalmist.com.
Sintoniza este domingo para el primer domingo de Cuaresma. Además, si consideras que este podcast es enriquecedor para tu viaje cuaresmal, por favor compártelo con otras personas que también puedan beneficiarse de él.
Hasta la próxima, ¡que Dios te bendiga abundantemente!