El Dúodecimo Domingo del Tiempo Ordinario, Año B: Segunda Lectura
2 Corintios 5, 14-17
Hermanos:
El amor de Cristo nos apremia,
al pensar que si uno murió por todos,
todos murieron.
Cristo murió por todos
para que los que viven ya no vivan para sí mismos,
sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos.
Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios,
ahora ya no lo hacemos.
El que vive según Cristo es una creatura nueva;
para él todo lo viejo ha pasado.
Ya todo es nuevo.