El Decimocuarto Domingo del Tiempo Ordinario, Año B: Salmo Responsorial

Salmo 122, 1-2a. 2bcd. 3-4

Están nuestros ojos en el Señor Dios nuestro, esperando su misericordia.

Verse 1:

A ti levanto mis ojos,
   a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
   fijos en las manos de sus señores.

Verse 2:

Como están los ojos de la esclava
   fijos en las manos de su señora,
   así están nuestros ojos
   en el Señor Dios nuestro,
   esperando su misericordia.

Verse 3:

Misericordia, Señor, misericordia,
   que estamos saciados de desprecios;
   nuestra alma está saciada
   del sarcasmo de los satisfechos,
   del desprecio de los orgullosos.