El Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario, Año C: Segunda Lectura (Forma más corta)

Hebreos 11, 1-2. 8-12

Hermanos:
La fe es la forma de poseer, ya desde ahora,
lo que se espera y de conocer las realidades que no se ven.
Por ella fueron alabados nuestros mayores.

Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios,
y sin saber a dónde iba,
partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia.
Por la fe, vivió como extranjero en la tierra prometida,
en tiendas de campaña, como Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa después de él.
Porque ellos esperaban la ciudad de sólidos cimientos,
cuyo arquitecto y constructor es Dios.

Por su fe, Sara,
aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad,
pudo concebir un hijo,
porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa;
y así, de un solo hombre, ya anciano,
nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo
e incontable como las arenas del mar.