Vigésimo Perimer Domingo del Tiempo Ordinario: Antífona de la Entrada
Salmo 85, 1-3
Inclina tu oído, Señor, y escúchame.
Salva a tu siervo, que confía en ti.
Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco.
(Salmo 85, 1-3)
Verse 1:
Alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
(Salmo 85,4)
Verse 2:
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
(Salmo 85,5)
Verse 3:
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre.
(Salmo 85,12)
Verse 4:
Gloria al Padre y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(Gloria Patri)