El Vigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario, Año B: Segunda Lectura

Santiago 1, 17-18. 21-22. 27

Hermanos:
Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto,
del creador de la luz,
en quien no hay ni cambios ni sombras.
Por su propia voluntad nos engendró por medio del Evangelio
para que fuéramos,
en cierto modo, primicias de sus criaturas.

Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes
y es capaz de salvarlos.
Pongan en práctica esa palabra y no se limiten a escucharla,
engañándose a ustedes mismos.
La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre,
consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones,
y en guardarse de este mundo corrompido.