El Vigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario, Año B: Primera Lectura

Isaías 35, 4-7

Esto dice el Señor:
“Digan a los de corazón apocado:
‘¡Ánimo! No teman.
He aquí que su Dios,
vengador y justiciero,
viene ya para salvarlos’.

Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos
y los oídos de los sordos se abrirán.
Saltará como un venado el cojo
y la lengua del mudo cantará.

Brotarán aguas en el desierto
y correrán torrentes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque
y la tierra seca, en manantial”.