El Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario, Año B: Segunda Lectura

Hebreos 2, 8-11

Hermanos:
Es verdad que ahora todavía no vemos el universo entero sometido al hombre; pero sí vemos ya al que por un momento Dios hizo inferior a los ángeles, a Jesús, que por haber sufrido la muerte,
está coronado de gloria y honor.
Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió redunda en bien de todos.

En efecto, el creador y Señor de todas las cosas
quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria.
Por eso convenía que Dios consumara en la perfección,
mediante el sufrimiento, a Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación.

El santificador y los santificados tienen la misma condición humana.
Por eso no se avergüenza de llamar hermanos a los hombres.