Vigésimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario: Primera Lectura

Éxodo 17, 8-13

Cuando el pueblo de Israel caminaba a través del desierto,
llegaron los amalecitas y lo atacaron en Refidim.
Moisés dijo entonces a Josué:
“Elige algunos hombres y sal a combatir a los amalecitas.
Mañana, yo me colocaré en lo alto del monte
con la vara de Dios en mi mano”.
Josué cumplió las órdenes de Moisés
y salió a pelear contra los amalecitas.
Moisés, Aarón y Jur subieron a la cumbre del monte,
y sucedió que, cuando Moisés tenía las manos en alto,
dominaba Israel, pero cuando las bajaba, Amalec dominaba.
Como Moisés se cansó,
Aarón y Jur lo hicieron sentar sobre una piedra,
y colocándose a su lado, le sostenían los brazos.
Así, Moisés pudo mantener en alto las manos hasta la puesta del sol.
Josué derrotó a los amalecitas y acabó con ellos.