El Cuarto Domingo de Pascua, Año B: Primera Lectura
Hechos de los Apóstoles 4, 8-12
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo:
Jefes del pueblo y ancianos:
Puesto que hoy se nos interroga acerca
del beneficio hecho a un hombre enfermo,
para saber cómo fue curado,
sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel:
este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret,
a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos.
Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular.
Ningún otro puede salvarnos,
pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios
haya constituido como salvador nuestro.