El Cuarto Domingo de Cuaresma, Año B: Segunda Lectura
Efesios 2, 4-10
Hermanos:
La misericordia y el amor de Dios son muy grandes;
porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados,
y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo.
Por pura generosidad suya, hemos sido salvados.
Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado
y con él nos ha reservado un sitio en el cielo.
Así, en todos los tiempos,
Dios muestra, por medio de Jesús,
la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.
En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe;
y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios.
Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir,
porque somos hechura de Dios,
creados por medio de Cristo Jesús,
para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos.