Cuarto Domingo de Cuaresma Año C: Segunda Lectura

2 Corintios 5, 17-21

Hermanos:
El que vive según Cristo es una criatura nueva;
para él todo lo viejo ha pasado.
Ya todo es nuevo.
Todo esto proviene di Dios,
que nos reconcilió consigo por medio de Cristo
y que nos confirió el ministerio de la reconciliación.
Porque, efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo
y renunció a tomar en cuenta los pecados de los hombres,
y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros somos embajadores de Cristo,
y por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhorta a ustedes.
En nombre de Cristo
les pedimos que se reconcilien con Dios.
Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros,
para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios
y nos volvamos justos y santos.